Gobierno y gasolineros renovaron el acuerdo voluntario para mantener Magna cerca de $24; Profeco reporta cumplimiento superior al 90%. Mapa revela rezagos y excepciones fronterizas.
Desde febrero de 2025, el Gobierno federal y el sector gasolinero mantienen un acuerdo voluntario para estabilizar el precio de la gasolina Magna alrededor de $24 por litro. No es un control legal de precios: es un pacto que —según la narrativa oficial— protege el poder adquisitivo mientras se normalizan costos logísticos y mayoristas. El 2 de septiembre, la presidencia renovó el acuerdo por seis meses más; la PROFECO presume altos niveles de cumplimiento a escala nacional.
¿Se cumple en tu ciudad? Con datos oficiales y monitoreos públicos, la respuesta es: mayoritariamente sí, con bolsas de rezago. PROFECO informó en mayo y junio cumplimientos de 94%–94.3% de estaciones por debajo de $24, y hacia finales de septiembre la cifra se sostuvo cerca de ese umbral en reportes y declaraciones recientes. Sin embargo, la realidad no es homogénea: en zonas fronterizas (por su esquema fiscal y costos) y destinos turísticos, la dispersión puede ser mayor.
El pacto nació con un objetivo político y social claro: anclar expectativas de inflación al “precio psicológico” de $24 para la gasolina regular. La renovación de septiembre confirma que el Gobierno y los grupos gasolineros persisten en la fórmula, mientras la presidencia agradece públicamente el acompañamiento del sector y medios recogen el compromiso extendido. Expansión y El País han documentado los términos y el contexto de la medida —incluida su naturaleza voluntaria, la duración inicial de seis meses y la posibilidad de extensión— así como las diferencias regionales que explican por qué no todos los mercados se alinean al mismo ritmo.
¿Qué explica los rezagos? Tres variables:
- Logística y mayoristas: los costos de reposición dependen de la terminal y del precio mayorista (Pemex u otros); tramos alejados o con capacidad limitada exhiben primas.
- Demanda estacional: destinos con picos turísticos muestran precios más resistentes a la baja.
- Competencia local: en ciudades con alta densidad de estaciones, la guerra de precios acelera el cumplimiento; donde la oferta es concentrada, el ajuste tarda.
Para el lector, lo útil es aterrizar el pacto en su vida diaria. El tablero “Quién es Quién” de PROFECO permite rastrear estaciones con precios más bajos y más altos por ciudad/estado; cruzándolo con el monitoreo del acuerdo, se obtiene un mapa con tres semáforos: cumple, cumple parcialmente y no cumple. En semanas recientes, PROFECO ha divulgado que >90% de estaciones siguen por debajo de $24, pero las excepciones persisten —por ejemplo, en Quintana Roo y algunos municipios de frontera—, como han referido notas y columnas especializadas.
Claves para entender el mecanismo:
- Carácter voluntario: no hay sanción directa por rebasar $24; la vigilancia se apoya en reputación y en la publicidad de precios.
- Cubre solo Magna: Premium y Diésel no están sujetos al tope, aunque se discute extender lineamientos, según reportes.
- Excepciones: Zonas fronterizas y casos donde la estructura de costos no permite el anclaje sin pérdidas.
¿Qué mirar hoy?
- Los promedios nacionales (que, de acuerdo con prensa, rondan $23.5–$23.7), pero sobre todo los mínimos por ciudad.
- La lista diaria de estaciones más baratas y más caras en tu municipio; allí se detectan outliers y oportunidades para ahorrar.
- La renovación del acuerdo en marzo de 2026: si se mantiene, el precio ancla seguirá funcionando; si no, podrían reaparecer brechas regionales.
En suma: el “$24” sí opera como ancla nacional, pero su éxito depende de logística, competencia y costos locales. Para el consumidor, comparar y planear carga (por zona y día) sigue siendo la mejor herramienta para aprovechar el cumplimiento mayoritario y esquivar outliers.





