David Mendívil, de Tank Connection, y Marco Bautista, de Compañía Minera Cuscatlán, comparten avances en soluciones de almacenamiento y tratamiento de agua que permiten eficiencia operativa, responsabilidad ambiental y sinergias industriales clave ante la creciente presión por recursos hídricos.
En un mundo con escasez de agua, la innovación industrial no puede esperar. Tanques inteligentes, tratamiento eficiente y minería responsable marcan el rumbo.
En el contexto actual de escasez hídrica, las industrias enfrentan una doble exigencia: mantener su operación eficiente y al mismo tiempo asumir un rol protagónico en el cuidado del recurso más valioso del planeta. En esta edición de Panorama Energético, conversamos con dos voces clave del sector: David Mendívil, director de ventas de Tank Connection, y Marco Antonio Bautista Flores, jefe de planta concentradora en Compañía Minera Cuzcatlán. Ambos ofrecieron una mirada técnica y operativa sobre el papel estratégico del almacenamiento y tratamiento del agua.
El punto de partida es claro: almacenar agua es una necesidad crítica. “El tema del almacenamiento es sumamente vital por la escasez que está existiendo en el mundo. En México no es la excepción”, advirtió David Mendívil, quien recordó que muchas presas no están en su capacidad habitual para cubrir las demandas industriales, agrícolas o de consumo humano.
En minería, el almacenamiento adquiere una dimensión operativa directa. “Desde la perspectiva operativa, el agua es vital para nuestro proceso. Tenerla almacenada a un costado de la planta nos ahorra muchísimo en la parte operativa”, explicó Marco Bautista. Esta disponibilidad inmediata permite sostener procesos como la recuperación de minerales sin depender exclusivamente del abastecimiento externo o condiciones climáticas variables.
Uno de los enfoques más destacados fue el uso de tanques atornillados como solución modular para el almacenamiento en diversos terrenos y espacios. Mendívil explicó que la propuesta de Tank Connection permite ensamblar tanques como si fueran piezas de un Lego: “Puedo estar viendo un espacio de 4 metros de ancho y levantar un tanque de hasta 30 metros de altura o almacenar hasta 4 o 5 mil metros cúbicos de agua”.
Estas estructuras se arman en sitio, incluso en cerros o zonas remotas, sin necesidad de grandes obras civiles ni mantenimiento intensivo. “Tenemos tanques con cero operación y cero mantenimiento, donde no les tenemos que hacer absolutamente nada por muchos años”, añadió el directivo.
Además de su adaptabilidad, estos tanques presentan ventajas logísticas y ecológicas. Al ser transportables por piezas, facilitan el acceso a comunidades lejanas. Y su recubrimiento en polvo, en lugar de líquido, permite reutilizar materiales sin contaminar, con una vida útil certificada superior a los 25 años.
Del lado de la industria minera, Marco Bautista expuso el enfoque de Compañía Minera Cuzcatlán para integrar procesos de tratamiento de aguas residuales con responsabilidad social y ambiental. “Nuestro enfoque se ha basado en generar una minería responsable. Regresar a la comunidad lo que podemos obtener del procesamiento del agua es parte de nuestra filosofía”, señaló.
El agua utilizada en la planta no solo se recircula en un 94-95% para el mismo proceso minero, sino que el excedente tratado se pone a disposición del municipio. Esta visión busca romper con percepciones negativas del pasado sobre la minería y su impacto en las comunidades.
Tank Connection también participa en la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales mediante módulos atornillados. “La eficiencia está en el tiempo de armado y en que difícilmente salen de operación. Esto representa un ahorro de hasta 40% en costos de mantenimiento”, detalló Mendívil.
A nivel técnico, los tanques anaeróbicos que integran estas plantas eliminan residuos de manera más eficiente, reduciendo la carga operativa del sistema completo. Esto implica un menor consumo energético, menores costos operativos y cumplimiento más riguroso de las normativas ambientales.
En cuanto a monitoreo y métricas, Marco Bautista destacó que la planta de tratamiento de Minera Cuzcatlán supera el 95% de eficiencia en reducción de materia orgánica en el agua, según normas mexicanas. También indicó que el consumo de agua en su proceso minero es de 2.4 m³ por tonelada procesada, con una recuperación casi total del recurso.
Uno de los temas clave fue la viabilidad económica de estas soluciones, especialmente para municipios o comunidades con presupuestos limitados. “La inversión inicial puede parecer alta, pero a largo plazo se ve la rentabilidad por la reducción de mantenimiento”, señaló David Mendívil. Además, las plantas pueden adaptarse a las necesidades específicas de cada localidad, tanto en capacidad como en configuración.
Finalmente, el compromiso ambiental se extiende incluso al proceso de fabricación. Tank Connection reutiliza todo material desechado durante el proceso de recubrimiento, evitando residuos tóxicos. “El tanque al salir al mercado tiene una duración de más de 25 años sin tener que hacerle absolutamente nada”, afirmó Mendívil.
En conjunto, la experiencia compartida por ambos especialistas deja claro que las soluciones de almacenamiento y tratamiento de agua no solo atienden un problema técnico, sino que representan un eje transversal para mejorar la eficiencia industrial, el desarrollo comunitario y la gestión ambiental.





