Fitch Ratings mantiene la calificación “BBB-” para México con perspectiva estable, pero alerta por el deterioro fiscal, bajo crecimiento estructural y pasivos contingentes de Pemex.
Fitch Ratings ratificó la calificación crediticia de México en “BBB-” con perspectiva estable, destacando la continuidad de una política macroeconómica prudente, finanzas externas sólidas y una economía amplia y diversificada. Sin embargo, la calificadora advirtió sobre importantes desafíos estructurales, entre ellos, el débil crecimiento a largo plazo y el alto riesgo fiscal que representa Petróleos Mexicanos (Pemex).
En su análisis, Fitch subrayó que durante 2024 los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) alcanzaron un 5.7% del PIB, reflejo del aumento en gasto social, el financiamiento de megaproyectos y las pérdidas operativas de Pemex. Aunque el gobierno federal ha planteado una reducción del déficit al 3.9% del PIB para 2025, esta meta se apoyaría en recortes sustanciales en inversión pública y medidas de austeridad que afectarían áreas prioritarias como salud, educación y seguridad.
La calificadora consideró que los planes actuales para mejorar la situación financiera de Pemex son insuficientes, ya que no abordan cambios estructurales profundos en su modelo operativo. La empresa enfrenta bajos niveles de producción, operaciones de refinación deficitarias y una estrategia poco clara para su reestructura.
Fitch advirtió que, pese a los aportes presupuestales programados de aproximadamente 7,000 millones de dólares anuales, Pemex podría necesitar apoyos adicionales, lo que seguiría representando una carga fiscal significativa para el Estado mexicano.
Si bien la perspectiva estable refleja cierto equilibrio macroeconómico, la calificadora enfatizó que la consolidación fiscal y el saneamiento financiero de Pemex serán elementos clave para sostener o mejorar la calificación soberana en los próximos años.