Pemex Logística registró pérdidas por 34,591 millones de pesos en el tercer trimestre de 2025, tras la integración vertical que eliminó ingresos entre subsidiarias.
Pemex Logística, ahora denominada Transformación Energética, reportó pérdidas netas por 34,591 millones de pesos durante el tercer trimestre de 2025, lo que representa un incremento del 89% respecto al trimestre anterior, cuando la cifra fue de 18,026 millones. Este resultado se atribuye a la reciente reestructuración derivada de la Ley de la Empresa Pública del Estado Petróleos Mexicanos, publicada el 18 de marzo de 2025 en el Diario Oficial de la Federación, que formalizó la integración vertical de las subsidiarias de la petrolera estatal.
Con esta reforma, Pemex Exploración y Producción, Pemex Transformación Industrial y Pemex Logística fueron extinguidas como empresas productivas subsidiarias, quedando Petróleos Mexicanos como una entidad única con personalidad jurídica y patrimonio propios. Esta fusión elimina las operaciones comerciales internas entre las áreas que antes funcionaban como subsidiarias, lo que explica —según la empresa— que el segmento de logística ya no registre ingresos directos por sus actividades.
La petrolera precisó que las transacciones de compra y venta de bienes y servicios entre subsidiarias, que anteriormente generaban flujo contable, ahora se integran como parte de la cadena de valor. Por tanto, los costos asociados a transporte, almacenamiento y distribución de combustibles se trasladan contablemente a los segmentos con actividades comerciales, formando parte del costo de producción.
Pemex enfatizó que este cambio no está relacionado con el llamado “pacto gasolinero” ni con deficiencias operativas o administrativas en la Dirección de Logística. La empresa defendió que la nueva estructura responde a un modelo de eficiencia institucional y contabilidad consolidada, en línea con los estándares de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF).
De acuerdo con la compañía, el objetivo es tener una visión unificada de las finanzas, reflejando de forma más precisa los costos y márgenes en cada fase de la cadena energética, desde la exploración hasta la distribución final. Sin embargo, esta transición también implica que los resultados por segmentos pierdan visibilidad, especialmente en áreas que antes operaban con independencia financiera.
La consolidación de Pemex como una sola empresa pública del Estado supone un cambio estructural profundo en su modelo operativo y financiero, en un contexto de altas presiones fiscales, deudas acumuladas y volatilidad en el mercado energético nacional e internacional.





