Pemex reportó su nivel más bajo de perforación en 30 años, lo que contribuyó a una caída de 11.3% en su producción petrolera en 1T25.
Durante el primer trimestre de 2025, Petróleos Mexicanos (Pemex) concluyó la perforación de apenas 17 pozos (12 de desarrollo y 5 exploratorios), el número más bajo en tres décadas, desde 1995. Esta cifra representa menos de la mitad de los 41 pozos terminados en el mismo periodo de 2024 y menos de un tercio respecto a los 68 pozos reportados en el primer trimestre de 2020, en el sexenio anterior.
Este desplome en la actividad exploratoria y de desarrollo ocurre en un contexto crítico: Pemex enfrenta serios atrasos en pagos a proveedores y contratistas, especialmente aquellos que prestan servicios de perforación. Empresarios del sureste del país han señalado que la falta de pagos ha forzado la interrupción de varios proyectos.
La baja perforación se tradujo en una caída de 11.3% en la producción de hidrocarburos líquidos, equivalente a más de 200 mil barriles diarios menos, con un promedio de 1.615 millones de barriles diarios, el nivel más bajo desde 1979.
Pemex atribuyó esta merma a múltiples factores: declive natural de campos maduros, retrasos en pozos técnicamente complejos, menor producción en Xanab, fallas en Ayatsil, y demoras logísticas en infraestructura marina y servicios en campos clave como Yaxché. Además, solo 26 equipos de perforación estuvieron activos en el primer trimestre, muy por debajo de los 50 del mismo periodo del año pasado.
La empresa reconoció que estos retrasos afectan directamente su producción y metas operativas, lo que incrementa la presión financiera sobre la petrolera estatal y plantea serias dudas sobre su capacidad para alcanzar los objetivos de autosuficiencia energética.