La refinería Dos Bocas solo produce una cuarta parte de su capacidad instalada, mientras Pemex enfrenta una deuda histórica y caída en producción petrolera.
La refinería Dos Bocas, oficialmente llamada Olmeca, continúa operando muy por debajo de su capacidad instalada. Durante mayo de 2025, produjo apenas 43,400 barriles diarios de gasolina, una cuarta parte de su capacidad máxima proyectada de 170,000 barriles diarios. A pesar de este bajo rendimiento, la cifra representa un aumento mensual de 3% respecto a abril.
Además, Dos Bocas produjo 50,200 barriles diarios de diésel, un notable incremento mensual de 123%, lo cual indica que algunos procesos están en fase de estabilización. Sin embargo, la refinería sigue sin alcanzar los niveles prometidos al momento de su inauguración el 1 de julio de 2022.
El megaproyecto, clave para lograr la autosuficiencia energética en combustibles, ha sido blanco de críticas debido a sus retrasos en la entrada en operación plena y el sobrecosto acumulado, que pasó de una estimación inicial de 8,000 millones de dólares a más de 20,000 millones.
Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), se espera que Dos Bocas opere a su máxima capacidad hasta 2026. No obstante, la misma agencia proyecta que México será un importador neto de petróleo hacia el final del sexenio de Claudia Sheinbaum, lo que pone en duda los objetivos energéticos del país.
Mientras tanto, Pemex refinó un total de 925,300 barriles diarios de petróleo en mayo, una caída mensual del 4%, arrastrada principalmente por la refinería de Salina Cruz. La producción de gasolinas en todas las refinerías fue de 327,600 barriles diarios, apenas suficiente para cubrir la mitad de la demanda nacional, lo que obliga a seguir importando combustibles.
La deuda total de Pemex se mantiene como una amenaza estructural: más de 101,000 millones de dólares, en un entorno de menor producción y fuertes adeudos con proveedores.