La adhesión a los BRICS representa un hito histórico para Colombia y un paso estratégico hacia la diversificación de fuentes de financiamiento para el desarrollo de proyectos estructurales y sostenibles
El Gobierno de Colombia anunció que la nación fue aceptada oficialmente como miembro prestatario del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), la institución bancaria multilateral del grupo BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
A través de un comunicado se dio a conocer que esta adhesión representa un hito histórico para el país sudamericano y un paso estratégico hacia la diversificación de fuentes de financiamiento para el desarrollo de proyectos estructurales y sostenibles.
Se menciona que este logro es resultado directo de la visita oficial del presidente Gustavo Petro a la República Popular China en mayo de 2025, ya que durante su paso por Shanghái, el mandatario sostuvo una reunión clave con Dilma Rousseff, presidenta del NDB, en la que se consolidó el interés de Colombia por integrarse al banco como miembro prestatario.
La adhesión a esta iniciativa abre oportunidades para una cooperación más profunda con el país asiático en materia de inversión, comercio y tecnología.
El Nuevo Banco de Desarrollo fue creado en 2014 con el propósito de movilizar recursos para proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en países emergentes. Por lo que su aceptación de Colombia como miembro prestatario amplía significativamente las oportunidades de acceso a créditos con tasas favorables, enfoque en sostenibilidad y condiciones distintas a las impuestas por entidades financieras tradicionales.
Hay que tomar en cuenta que el bloque BRICS (que representa cerca del 40 % de la población mundial) está ganando cada vez más relevancia en el escenario económico global. El ingreso de Colombia al NDB es una señal clara del posicionamiento estratégico del país en nuevas dinámicas de cooperación internacional.
Esta decisión fortalece las capacidades financieras de Colombia para enfrentar retos estructurales, como la transición energética, la conectividad regional, la soberanía alimentaria y el cierre de brechas sociales y territoriales.