La CNDH responsabiliza a Pemex por su infraestructura obsoleta y falta de mantenimiento, señalando omisiones graves tras la tragedia de Tlahuelilpan en 2019.
El 22 de junio, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió un informe en el que critica duramente a Petróleos Mexicanos (Pemex) por operar con infraestructura en mal estado y por contar con tecnología obsoleta para detectar tomas clandestinas de combustible, conocidas como huachicoleo.
En el documento, la CNDH señala directamente a Pemex como responsable de la tragedia ocurrida en Tlahuelilpan, Hidalgo, en 2019, cuando una toma clandestina provocó una explosión que cobró la vida de 138 personas. El organismo argumenta que la red de ductos de Pemex, que se extiende por gran parte del país, representa un riesgo permanente si no se le da mantenimiento adecuado y si no se cuenta con sistemas modernos de detección y respuesta.
Además, la Comisión subraya que no existen evidencias de remediación ambiental en sitios contaminados por hidrocarburos, producto del huachicoleo. Esto, pese a que Pemex ha alegado en su defensa una resolución de la Suprema Corte que la exime de responsabilidad en un caso particular. La CNDH responde que ese fallo no es aplicable de forma general.
El organismo enfatiza que Pemex, como empresa productiva del Estado con ingresos millonarios, personal especializado y un mandato social, tiene la obligación de prevenir accidentes, garantizar el respeto a los derechos humanos y remediar daños cuando estos ocurran. También llama a que el mantenimiento y la actualización tecnológica sean parte integral de su política de operación, no excepciones.
Este informe vuelve a poner en la mira la gestión de Pemex, no solo desde el ámbito económico, sino como un actor clave en la protección de la vida, el medio ambiente y los derechos humanos en México.