Proveedores de Pemex reportan una crisis por falta de pagos, despidos masivos y daños económicos en Tabasco, Campeche y Veracruz; las promesas de pago no se cumplieron.
La promesa de Petróleos Mexicanos (Pemex) de liquidar parte de su deuda a proveedores durante marzo y abril no se cumplió, provocando un daño irreversible a las economías de Tabasco, Campeche y el sur de Veracruz. Según Eustacio Pérez García, líder del Frente Amplio de Proveedores al Servicio de Pemex (FASP), la crisis es alarmante: la deuda con contratistas asciende a 3 mil 800 millones de pesos y ha provocado el despido de al menos cinco mil trabajadores desde mediados de 2024.
Pérez García advirtió que, de no resolverse pronto la situación, se anunciarán acciones legales y manifestaciones tanto en Tabasco como en Ciudad de México. Al cierre del año pasado, la deuda de Pemex con proveedores superó los 506 mil millones de pesos, aunque se estima que actualmente ronda los 400 mil millones tras pagos parciales que apenas cubrieron entre 5 y 10% del adeudo.
Entre 400 y 500 empresas de Tabasco enfrentan parálisis operativa, números rojos y despidos. El líder del FASP subrayó que el pago realizado solo benefició a contratistas directos, dejando a numerosos subcontratistas en una situación crítica.
En su momento, la diputada Rocío Abreu había anunciado que Pemex dispersaría 6 mil 400 millones de dólares (aproximadamente 127 mil millones de pesos) en marzo y abril para saldar deudas, pero los pagos se han retrasado significativamente. Esta falta de cumplimiento afecta gravemente a toda la cadena productiva regional, sumiendo a cientos de empresas en una crisis sin precedentes.
La frustración crece entre los empresarios afectados, quienes acusan a Pemex de haber incumplido su palabra y de poner en riesgo no solo sus operaciones, sino también miles de empleos en la región petrolera más importante del país.