James y Kelly Jensen fueron arrestados en Utah por contrabandear petróleo mexicano valuado en 300 millones de dólares, presuntamente coludidos con organizaciones criminales.
James Lael Jensen y su esposa, Kelly Anne Jensen, fueron detenidos en Utah, Estados Unidos, acusados de contrabando y lavado de dinero vinculado a la importación ilegal de petróleo mexicano, valuado inicialmente en 300 millones de dólares. Según documentos judiciales del Distrito de Utah, la pareja y sus dos hijos conspiraron para blanquear dinero proveniente de la venta ilegal de petróleo crudo, realizando al menos 2,881 envíos entre México y EE.UU. desde mayo de 2022.
Las autoridades estadounidenses señalaron que los pagos por el crudo se dirigieron a empresas en México controladas por organizaciones criminales, y que James Jensen tenía conocimiento de ello. El mismo día de su arresto, la policía intervino la empresa de su propiedad, Arroyo Terminals, con sede en Texas, bloqueando su sitio web para investigaciones adicionales.
Se prevé que esta semana el tribunal del sur de Texas revele más detalles sobre las operaciones irregulares y sus cómplices en México.
Francisco Barnés de Castro, excomisionado de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), calificó el caso como un desfalco monumental contra Pemex, sugiriendo que tales robos no son posibles sin la complicidad de funcionarios y trabajadores de la petrolera. Los FPSO, unidades flotantes de almacenamiento y descarga utilizadas por Pemex, han sido identificadas como puntos vulnerables por la baja supervisión.
Aunque Pemex y autoridades incautaron recientemente 18 millones de litros de combustible ilegal, esto representa apenas el 7.2% del volumen contrabandeado en este escándalo.
Este caso pone nuevamente bajo la lupa las graves deficiencias de control y vigilancia en el sector energético mexicano, así como las complicidades internas que permiten el robo de hidrocarburos a gran escala.