Moody’s advierte que, aunque positiva, la inversión privada será insuficiente para resolver los problemas estructurales de Pemex, especialmente su deuda y baja producción.
La agencia calificadora Moody’s destacó que si bien la nueva legislación energética de México abre oportunidades para la participación del sector privado en Pemex, los riesgos estructurales de la empresa estatal persisten, especialmente por las pérdidas en el negocio de refinación y su alta deuda.
En su análisis titulado “Nueva legislación abre la participación privada en energía y petróleo, pero persisten riesgos regulatorios”, Moody’s señaló que las reformas permitirán a Pemex establecer contratos mixtos con privados y operar bajo un nuevo régimen fiscal simplificado, denominado Derecho Petrolero para el Bienestar. Además, el gobierno federal podrá emitir deuda en nombre de Pemex, lo que podría resultar en condiciones financieras más favorables.
La calificadora subrayó que para revertir la caída en la producción petrolera y asegurar la sostenibilidad de la empresa, será esencial atraer inversión privada que proporcione capital para exploración, infraestructura y aumento de capacidad productiva. No obstante, advirtió que la confiabilidad de Pemex será clave, sobre todo en el pago de su deuda con proveedores, que al tercer trimestre de 2024 ascendía a 20 mil millones de dólares.
Moody’s estimó que la producción total de Pemex —incluyendo condensados— solo podría aumentar 1% anual en 2025 y 2026, ya que las nuevas inversiones tardarán en reflejar resultados. Si no se anuncian proyectos adicionales en 2025, la producción continuará en declive en los siguientes dos o tres años.
En cuanto a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la calificadora señaló que el nuevo marco legal brinda mayor claridad para la inversión privada, aunque bajo un modelo de fuerte supervisión estatal. Se permite a privados suministrar energía, asociarse con CFE o participar en el Mercado Eléctrico Mayorista, con reglas más definidas pero en un entorno regulado.