La demanda mundial de transporte en helicóptero a instalaciones en alta mar se desplomó en 2020 como resultado de la pandemia COVID-19.
La demanda mundial de transporte en helicóptero a instalaciones en alta mar se desplomó en 2020 como resultado de la pandemia COVID-19, según un informe de Rystad Energy.
El tráfico de helicópteros se vio afectado porque las cuadrillas de mantenimiento no críticas se trasladaron a la costa y otras operaciones no esenciales en las instalaciones costa afuera se aplazaron preventivamente para reducir el riesgo de contaminación y ahorrar efectivo.
La empresa de consultoría estima que el tráfico de helicópteros en alta mar habrá disminuido en un 15% en 2020, cayendo a 410 millones de millas-pasajero desde 483 millones de millas-pasajero en 2019.
El tráfico cayó a pesar de que las instalaciones de producción y las unidades móviles de perforación en alta mar: los dos conductores principales demanda dentro de las operaciones de extracción y perforación de petróleo y gas: solo experimentó interrupciones limitadas.
Según el informe, el Mar del Norte es la región más concurrida del mundo para helicópteros con destino a la costa y representa el 22% del tráfico mundial. Le sigue Brasil con un 11%, África Occidental y el Golfo de México estadounidense con un 8% cada uno, y Australia con un 3%. El 48% restante se comparte entre todas las demás regiones restantes.
La demanda de pasajeros de helicópteros está impulsada por una variedad de factores; la distancia desde la instalación en alta mar hasta el helipuerto en tierra, los horarios de rotación de los trabajadores en alta mar, la utilización de camas y la proporción de camas flexibles / de proyecto en diferentes instalaciones.
Sin embargo, los informes de tráfico de vuelos positivos indican que la actividad podría recuperarse para fines de 2020, afirmó el consultor. Por ejemplo, en Noruega, el tráfico de pasajeros en alta mar reportado muestra una disminución del 14% en los primeros 10 meses de 2020 en comparación con el mismo período del año pasado. Además, el tráfico de pasajeros informado en octubre muestra un aumento de alrededor de 10 mil 500 (a 45 mil 500) desde los mínimos de tráfico en abril.
En 2021, Rystad espera que el tráfico de helicópteros en alta mar aumente a 460 millones de millas pasajero. De cara al 2022, espera un pequeño aumento en la distancia promedio desde la instalación hasta el helipuerto, impulsada por un aumento en el número de operaciones en aguas profundas, lo que ayudará al tráfico a superar incluso los niveles de 2019 y alcanzar un estimado de 487 millones de millas-pasajero.
De los dos principales impulsores de la demanda de helicópteros en alta mar, las instalaciones de producción están compuestas por plataformas de acero y FPSO, mientras que las MODU incluyen semisumergibles, buques de perforación y autoelevadores. A los efectos de este análisis, el consultor define el mercado de instalaciones de producción como todas las instalaciones de producción en alta mar con heliplataformas. (Las plataformas constituyen un conductor subyacente estable para los vuelos en helicóptero, pero en términos de unidades, este mercado ha estado en constante declive desde su pico en 2013 hasta 2019).
Este año, COVID-19 ha tenido un impacto limitado en la infraestructura de producción existente, ya que las instalaciones de producción activas no suelen verse afectadas por variaciones en el precio del petróleo, y la mayor parte de la actividad (tanto paralizados como nuevos desarrollos) requiere una planificación a largo plazo. De cara al 2022, el consultor espera que esta tendencia continúe a medida que los campos antiguos se cierren debido a la disminución de los recursos y la escasez de nuevos desarrollos de campos no puede compensar la disminución.
En cuanto al mercado de MODU, Rystad considera tres actividades principales: perforación de desarrollo, perforación de relleno y perforación de exploración. A diferencia de las instalaciones de producción, la demanda de MODU está muy expuesta a los movimientos del precio del petróleo, ya que depende de la disponibilidad de efectivo de las empresas petroleras, que puede reducirse para aumentar el flujo de efectivo a corto plazo.
La pandemia de este año detuvo una modesta recuperación en 2018-2019, ya que la perforación de exploración (tanto pozos salvajes como pozos de evaluación) sufrió un gran impacto, con una caída de 48 años de perforación o un recorte del 40% en la actividad año con año. Sin embargo, la demanda podría comenzar a aumentar a partir del próximo año con la expectativa de mejorar los precios del petróleo y reducir la incertidumbre, afirmó el consultor.
La perforación de desarrollo, que se relaciona estrechamente con la sanción de nuevas instalaciones y la perforación de relleno en los campos productores, es menos propensa a las cancelaciones de contratos observadas este año. La mayoría de las sanciones para el próximo año ya se han contratado, lo que brinda una buena visibilidad del próximo año, y estima que la demanda de plataformas caerá un 6% en 2021 antes de comenzar a recuperarse en 2022.
